El Omega Speedmaster MK40 ha consolidado su lugar en el corazón de los coleccionistas y entusiastas de la marca gracias a su diseño distintivo y su rica historia. Apodado también “Schumacher” por su asociación en una campaña publicitaria, aunque es curioso que nunca se le vio usando este modelo en público. Lo que realmente hace destacar al Omega Speedmaster MK40 es su combinación de colores vivos y su relación con la serie “Omega Mark”, una línea que la casa suiza produjo desde finales de los años 60 hasta mediados de los 80.
Este reloj es especialmente apreciado por su complejidad funcional y su singularidad. Los colores brillantes en las agujas y subesferas –rojo, amarillo, blanco y azul– le confieren una identidad visual reconocible que lo hace destacar en cualquier colección de relojes. Su tamaño de 39 mm lo hace versátil y cómodo para el uso diario, manteniendo al mismo tiempo una apariencia deportiva y clásica que caracteriza a la línea Omega Speedmaster.
Cuenta con un movimiento automático calibre 1151, sus subesferas, distribuidas de manera armónica, indican el día, la fecha y el mes, siendo la fecha especialmente interesante con una manecilla central con puntero amarillo en forma de “avión”. A las 9 en punto, la subesfera muestra los segundos en marcha, además de un indicador de día/noche con una escala de 24 horas, donde el azul representa AM y el negro PM. La pieza cuenta con un segundero de cronógrafo en rojo y una manecilla del contador de horas a las 6, también roja, aportando una estética deportiva y funcional a la vez. Con su tamaño de 39 mm es sin duda, un reloj que todo amante de la serie Speedmaster debe añadir a su colección para apreciar su legado y singularidad.